El Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos, RASFF, es una herramienta que permite una reacción rápida cuando se detectan riesgos para la salud en la cadena alimentaria. Desde 1979, sus miembros (autoridades nacionales de seguridad alimentaria de los estados miembros de la UE, Comisión, EFSA, ESA, Noruega, Liechtenstein, Islandia y Suiza) deben notificar cualquier riesgo asociado a la seguridad alimentaria que pueda provocar efectos perjudiciales para los consumidores europeos.
Aproximadamente en el último trimestre del año, se publica el informe anual (del año anterior) en el que se visualizan los datos sobre las notificaciones en los países de la UE, en el que se analizan y presentan por país, tipo de alimento y tipo de peligro.
En el último informe presentado (2020) se observa una disminución significativa de un 11% en las notificaciones globales en comparación con el 2019. No obstante, el número de alertas que implicaban un serio riesgo para la salud por productos alimentarios aumentó un 22%. La actual pandemia que estamos sufriendo por causa del COVID-19 es probablemente la causa que ha provocado que hubiera un descenso de un 30% en los rechazos de la frontera.
Los tipos de incidente reportados en el RASFF, como se puede ver en la tabla 1, están categorizados desde contaminación accidental o medioambiental, ya sea microbiana o química, brotes transmitidos por alimentos, errores en el etiquetado como puede ser la falta de declaración de ciertos alérgenos o utilización de ingredientes peligrosos o no autorizados como el uso de DNP (2,4-dinitrophenol) utilizado en dietas adelgazantes.
* Tabla 1. Tipo de incidentes reportados en RASFF entre 2019 y 2020. Fuente: RASFF 2020
El mayor número de notificaciones se ha debido al óxido de etileno, encontrado en cacahuetes y semillas, con origen en India, seguido por carne de aves de corral y derivados con origen en Polonia y, en tercer lugar, residuos de pesticidas en frutas y verduras con origen en Turquía. Se han reducido las notificaciones de micotoxinas, hasta un 23%, siendo las aflatoxinas las más frecuentes.
Ha habido un aumento superior al 490% en las notificaciones debidas a residuos de pesticidas. Principalmente debido a la presencia de oxido de etileno en semillas de sésamo importadas de India. El óxido de etileno es una sustancia no aprobada por la UE, clasificada como carcinogénica y mutagénica.
A lo largo de 2020 se han reportado 43 brotes trasmitidos por alimentos, de los que la mayoría se deben a patógenos microbianos, habiendo 15 brotes de Salmonella, 10 de norovirus y 5 de Listeria monocytogenes. En cuanto a las incidencias reportadas por presencia de microorganismos patógenos, en el 2020 ha habido un incremento del 37% respecto a 2019.
Salmonella es el patógeno que se ha reportado con mayor frecuencia, un total de 537 notificaciones, una incidencia un 45% superior al 2019. Prácticamente la mitad de las notificaciones tienen como origen productos avícolas provenientes de Polonia.
Listeria monocytogenes provocó 129 notificaciones, con orígenes diferentes como pescado y derivados, carnes y sus derivados cárnicos, productos lácteos y productos avícolas. Hay que recordar que es una bacteria ubicua en el medio ambiente y por ello es frecuente encontrarla en diferentes orígenes.
En el caso de los virus transmitidos por alimentos, las notificaciones de norovirus se duplicaron a 50, principalmente por moluscos bivalvos con origen en Francia.
Además, se notificó alta incidencia de Escherichia coli productoras de la toxina Shiga (STEC) con origen en productos cárnicos y queso principalmente.
Por último, cabe destacar que en España ha descendido el número de notificaciones, de 193 en 2020 respecto a las 270 de 2019. La mayoría de las incidencias detectadas se deben a productos con origen en India, con presencia de pesticidas o Salmonella, o a migraciones de sustancias químicas de materiales en contacto con los alimentos, provenientes de China.