La temporada alta veraniega no sólo es aplicable a hoteles, restaurantes o agencias de viajes. También los Bancos de Alimentos o los comedores sociales, centros de acogida, parroquias, asociaciones, residencias o ayuntamientos viven la temporada alta con un aumento de demanda de personas desfavorecidas que necesitan ayuda para comer, precisamente en el momento en el que las donaciones se reducen y la campaña de Navidad queda lejos.
Y es que, de forma paradójica, en estos meses aumenta la demanda de alimentos y bebidas y el número de familias y personas necesitadas, debido a que, entre otras razones, gran parte de los comedores escolares, comedores sociales y hogares de pensionistas cierran sus puertas. Además, esta época coincide también con un pico de subida en la afluencia de inmigrantes en nuestro país, lo que dificulta que estos grupos puedan satisfacer su necesidad más básica: la de comer y beber.
A todo esto, hay que añadir una bajada en el número de donaciones corporativas, siendo éstas una inyección fundamental para los Bancos de Alimentos por volumen y logística. De hecho, según señala FESBAL (Federación Española de Bancos de Alimentos), las políticas de Responsabilidad Social Corporativa de las compañías españolas están centrando sus esfuerzos, cada vez más, en el área de sostenibilidad y Medio Ambiente y, por tanto, prestando cada vez menos atención al área social/solidaria vinculada con alimentación, sin tener en cuenta que el riesgo de pobreza y exclusión continúa siendo una realidad para una capa de la sociedad que, por edad o por otras razones, se ha quedado fuera del sistema y no consigue reincorporarse a una actividad laboral, convirtiéndose en “pobres crónicos”.
Esta situación de desabastecimiento estival es la razón fundamental por la que hace cuatro veranos nació el Día de la Alimentación Solidaria (DAS), promovido por Fundación Alimentum y que cada 8 de junio pretende inspirar y fomentar la solidaridad entre empresas, sectores y actores económicos y contribuir, así, a la concienciación de todos los agentes sociales. Sensibilizar sobre los problemas de abastecimiento que traen consigo los meses de verano en los 55 Bancos de Alimentos que forman la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL) y otras organizaciones de ayuda ciudadana dedicadas a la buena alimentación de todas las personas.
Con motivo de la celebración del DAS, las empresas líderes del sector Alimentación y Bebidas en España que forman Fundación Alimentum han realizado hoy, como cada año, una donación extraordinaria de 200.000 kilos de alimentos y bebidas, que se suman a las donaciones que habitualmente realizan durante todo el año y que, en 2018, superaron los 8 millones de kilos, lo que se traduce en más de 40 millones de raciones.
Adam Foods, Bimbo, Calidad Pascual, Grupo Calvo, Campofrío Food Group, Corporación Alimentaria Peñasanta, The Coca-Cola Company, Cola-Cola European Partners, Danone, Deoleo, ElPozo Alimentación, Ferrero Ibérica, Gallina Blanca, Grefusa, Hero, Idilia Foods, Kellogg’s, Grupo Lactalis Iberia, Mars, Mondelez, Nestlé, PepsiCo, Nueva Pescanova, Schweppes Suntory y Unilever son los 25 patronos adscritos a la Fundación Alimentum y que, junto con la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), colaboran con FESBAL en esta acción.
“El Día de la Alimentación Solidaria se ha convertido para nosotros en un hito anual. Garantizar buenos alimentos y bebidas a los que más lo necesitan, ‘nutrir’ conciencias y contribuir a paliar una realidad social que, poco a poco, se va haciendo visible en la sociedad es nuestro objetivo”, señala Sergio Elizalde, presidente de Fundación Alimentum.
DE LA MANO DE FESBAL
Las empresas de la Fundación Alimentum realizan una aportación extraordinaria a los Bancos de Alimentos de FESBAL en el contexto de esta iniciativa. Según datos de esta última, 1.195.167 personas en España se han beneficiado de los recursos que los Bancos de Alimentos ponen a disposición de entidades de acción social (Cáritas, Cruz Roja, etc.), comedores sociales y otras organizaciones. En total, durante el pasado año estas ayudas alcanzaron a 7.402 entidades y se entregaron 151.645.441 kilos, que se tradujeron en 758.227.205 raciones.
Estas cifras beben de la labor de personal de plantilla y de los miles de voluntarios que colaboran con los 55 Bancos de Alimentos (en 2018 estaban adscritos un total de 3.247 voluntarios estables). A ello se unieron más de 130.000 voluntarios durante el pasado año para acciones periódicas, como la Gran Recogida Nacional de Alimentos.
El viaje de los alimentos donados: de la fábrica a la mesa.
Para desarrollar su labor social, los Bancos de Alimentos han de desplegar una gran capacidad logística de gestión, ya que se encargan de la compra (con donaciones económicas), clasificación, almacenamiento, conservación y distribución de los alimentos y bebidas donadas que, posteriormente, surten las neveras y despensas de comedores, ONGs y otras entidades sociales. Y es que los Bancos de Alimentos no proveen directamente de alimentos a las personas que lo necesitan, sino que se valen de estas organizaciones intermediarias para hacerlo.
En base a las necesidades de cada momento, las donaciones económicas o en especie que recibe FESBAL se reparten entre todas las comunidades autónomas y en función de las necesidades específicas de cada uno de los Bancos de Alimentos. Generalmente, las aportaciones económicas van destinadas a la compra específica de alimentos o se destinan a mejorar la red logística para el almacenamiento, clasificación y distribución en los 55 Bancos.
Una vez comprados, los alimentos se almacenan en los Bancos asignados y son las entidades benéficas (comedores sociales, ONGs, centros de acogida, fundaciones, ayuntamientos, etc) los encargados de recogerlos en días predeterminados y en las cantidades que les son asignadas en función del número de beneficiarios a los que ayudan.
La Alimentación Solidaria, más allá de los alimentos
Fundación Alimentum y FESBAL también quieren dar foco a las necesidades presentes en los Bancos de Alimentos a la hora de poner en marcha todo el engranaje logístico que permite que los alimentos lleguen a sus destinatarios en perfecto estado: control y gestión de todas las provisiones disponibles, control de sus fechas de consumo preferente o caducidad, estadísticas de entrega y distribución, seguridad sanitaria, etc.
Para ello es fundamental ser conscientes de las innumerables necesidades que se atienden con las donaciones corporativas, dinerarias o a través de la prestación de servicios gratuitos, que les permiten sufragar sus gastos corrientes de funcionamiento: cámaras de frío y congelación; electricidad para almacenes y oficinas; vehículos de transporte y combustible para los desplazamientos; maquinaria y mobiliario diverso para los almacenes; obras de mantenimiento y reforma en las infraestructuras; equipos informáticos y material de oficina; espacios publicitarios para dar a conocer las campañas; o salarios para el personal que se encuentra en plantilla.
“En 2018 los españoles se situaron a la cabeza de los más generosos de Europa a la hora de donar alimentos. La sociedad española es muy consciente de la pobreza y queremos que esta iniciativa con Fundación Alimentum nos ayude a contagiar ese nivel de compromiso a las empresas, ya que su aportación es fundamental para asumir el reto de colaborar con más de 7.400 instituciones benéficas y atender a cerca de 1,2 millones de personas, según datos de 2018”, explica Miguel Fernández, director general de FESBAL.
EL PENÚLTIMO ESLABÓN DE LA CADENA: LAS INSTITUCIONES BENÉFICAS INTERMEDIARIAS
Coincidiendo con la celebración del Día de la Alimentación Solidaria, Fundación Alimentum quiere brindar también un reconocimiento público a las entidades benéficas que trabajan para alimentar y ‘nutrir’ cada día al último eslabón de la cadena: aquellos que más lo necesitan.
Cáritas, Cruz Roja, Aldeas Infantiles, comedores sociales, parroquias, asociaciones, fundaciones, ayuntamientos, residencias de mayores, Comisión Española de Ayuda al Refugiado o centros de acogida son algunas de las instituciones con las que colaboran los Bancos de Alimentos y que, en su día a día, conectan directamente con los más desfavorecidos.
Una de esas entidades benéficas es el comedor social Mª Inmaculada de las Hijas de la Caridad, el más antiguo de Madrid, que contó en 2018 con 2.262 beneficiarios directos (de los cuales 218 eran menores de edad) y que repartió 151.656 raciones durante los 365 días del año (es uno de los pocos comedores sociales que abre sus puertas todos los días del año). Ha sido en este emplazamiento donde ha tenido lugar la presentación a prensa del Día de la Alimentación Solidaria este año, seguida de un almuerzo para periodistas que han vivido en primera persona la experiencia de comer en su bandeja el mismo menú del día que el comedor ha servido a sus beneficiarios habituales.
“Tenemos la mala costumbre de comer a diario, y eso es lo que hacemos aquí 365 días al año: diseñar menús, conseguir los ingredientes, cocinarlos y servirlos a más de 500 personas al día, a las que tratamos como clientes de un restaurante, además de apoyarles con seguimiento personal por parte de nuestro equipo de trabajadores sociales”, explica Josefa Pérez, Hija de la Caridad y directora del Programa Integral Vicente de Paúl-Hijas de la Caridad y responsable de este comedor situado en el madrileño Paseo del General Martínez Campos.
8 JUNIO: DÍA DE LA ALIMENTACIÓN SOLIDARIA
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