Cada vez es más habitual la imagen del consumidor parado junto al lineal de un supermercado cualquiera leyendo la etiqueta de un alimento. La información que contiene el etiquetado se ha simplificado mucho en los últimos años con el objetivo de que el consumidor sepa realmente lo que compra y lo que come. El Reglamento (UE) Nº1169/2011 sobre la Información Alimentaria Facilitada al Consumidor, que regula el etiquetado, se modificó por última vez en 2015 para facilitar el acceso del comprador a la información más relevante sobre cada alimento.
¿Qué debe incluir la etiqueta de un alimento?
La información que debe aparecer en el etiquetado varía ligeramente si se trata de un producto envasado o no envasado. Con carácter general, los alimentos que compramos en un supermercado deben incluir:
- Denominación: descripción del alimento para que el consumidor pueda saber de qué se trata.
- Lista y cantidad de Ingredientes: deben aparecer en orden según la cantidad, de mayor a menor presencia.
- Sustancias o productos que causan alergias o intolerancias
- Porcentaje alcohol, en el caso de las bebidas alcohólicas que tengan más de un 1.2% en volumen de alcohol.
- Información nutricional.
- Cantidad neta del producto.
- Fecha de duración mínima o de caducidad: La de duración mínima se expresa como “consumir preferentemente antes del día/mes/año” o “consumir preferentemente antes del fin de mes/año o año” en función de su duración. La de caducidad se indicará como “fecha de caducidad: día/mes y a veces año”.
- Condiciones de conservación y/o utilización y modo de empleo (solo en caso de que en su ausencia se dificulte un uso adecuado).
- Empresa responsable de la información alimentaria: nombre/razón social y dirección.
- Procedencia: país de origen o lugar de procedencia. Es obligatorio para las carnes envasadas de ovino, porcino, caprino y aves de corral y/o en aquellos casos que su omisión pudiera inducir a error al consumidor en cuanto a su procedencia real.
Un aspecto especialmente útil para el consumidor es la información sobre el valor nutricional de cada alimento que podrás encontrar también en su etiqueta. Será así como conozcas aspectos como:
- El valor energético, las cantidades de grasa, ácidos grasos saturados, hidratos de carbono, azúcares, proteínas y sal; todos estos elementos deberán presentarse en el mismo campo visual.
- De forma voluntaria, el fabricante podrá añadir a la tabla nutricional la indicación de la cantidad de una o varias de las siguientes sustancias: ácidos grasos monoinsaturados, ácidos grasos poliinsaturados, polialcoholes, almidón, fibra alimentaria y ciertas vitaminas y minerales.
- Las cantidades de nutrientes se expresarán por 100g/100ml y el valor energético en kilojulios (kJ) y kilocalorías (kcal) por 100g o por 100ml de alimento o bebida. Además, el valor energético, las cantidades de grasas, ácidos grasos saturados, hidratos de carbono, azúcares, proteínas y sal pueden expresarse también como porcentaje de las ingestas de referencia por 100 g o por 100 ml y deberá incluirse la siguiente declaración adicional: “Ingesta de referencia de un adulto medio (8400 kJ/2000 kcal)”.
- Las cantidades de nutrientes podrán también facilitarse por porción o por unidad de consumo, siempre y cuando se indique el número de porciones o unidades contenidas en el envase.
Además de la información sobre el valor nutricional, el etiquetaje nos ofrece información sobre los alérgenos y sustancias o productos que causan intolerancias para que las personas con intolerancia o alergia a algún alimento puedan estar prevenidas. Deben indicarse así los ingredientes que pueden causar alergias o intolerancias, que aparecerán además con una tipografía distinta al resto de ingredientes ya sea destacados en negrita, cursiva, subrayados, con un tamaño de letra más grande, etc.
La etiqueta de un alimento nos aporta una información muy valiosa como consumidores. Y un consumidor bien informado siempre es un mejor consumidor.