-
La Alianza por la Competitividad de la Industria Española coincide con las fórmulas propuestas por el informe Draghi para impulsar la reindustrialización de la Unión Europea y ganar competitividad frente a Estados Unidos y China.
-
Existe un amplio consenso acerca de que un mercado europeo verdaderamente integrado y la financiación de la transformación industrial a través de un instrumento financiero común son claves para incrementar la competitividad industrial europea.
-
La Alianza reclama también a los Estados miembros un mayor apoyo a una verdadera política industrial de dimensión europea. En esta línea, en España, la futura Ley de Industria requerirá de medidas, herramientas y plazos concretos para materializarse.
-
A diferencia de sus principales competidores, el elevado precio de la energía que soporta la industria, unido al escrupuloso respeto de las reglas del libre comercio por parte de Europa, coloca a la UE y sus Estados miembros en una clara posición de desventaja competitiva.
-
La Alianza, constituida por ANFAC (automoción), AOP (refino), ASPAPEL (papel), FEIQUE (química y farmacia), FIAB (alimentación y bebidas), OFICEMEN (cemento), PRIMIGEA (materias primas minerales), SERNAUTO (componentes de automoción) y UNESID (siderurgia), representa al 60% del Producto Industrial Bruto de España.
La Alianza por la Competitividad de la Industria Española coincide plenamente con las líneas de actuación propuestas por el informe Draghi -presentado el pasado lunes en Bruselas- como fórmula para impulsar un efectivo proceso de reindustrialización de la Unión Europea y ganar competitividad frente a Estados Unidos y China. Para la Alianza, Europa debe activar con urgencia medidas para recuperar la competitividad industrial perdida durante décadas.
“Una vez analizado el texto, y teniendo en cuenta de dónde y de quién emana, resulta más imperativo que nunca que Europa y los Estados miembros tomen cartas en el asunto de inmediato para dar impulso a la competitividad de su industria”, valora Carlos Reinoso, portavoz de la Alianza por la Competitividad de la Industria Española.
Para la Alianza, la integridad del mercado europeo y la financiación del proceso de reindustrialización a través de un instrumento financiero común son claves para incrementar la competitividad industrial europea. En este sentido, y al hilo de lo expuesto por Draghi, la Alianza reclama también a los Estados miembros un mayor apoyo a una verdadera política industrial de dimensión europea.
La Alianza viene advirtiendo desde hace tiempo de la necesidad de que la Unión Europea articule un modelo de financiación permanente que permita abordar las inversiones necesarias para continuar avanzando en la transición tecnológica y ambiental del tejido productivo europeo hacia la neutralidad climática en 2050, y, por tanto, apostar por la reindustrialización sostenible de Europa. “Unas inversiones estimadas en 800.000 millones euros anuales, como bien apunta el informe de Draghi”, destaca Reinoso, para quien esta herramienta de financiación constituiría una garantía para una distribución eficaz orientada a incrementar la competitividad de la UE a escala global.
Además, para la Alianza, este marco de apoyo a la inversión debe contribuir a incrementar de forma competitiva y equilibrada las capacidades de producción de los distintos Estados miembros con el fin de incentivar de forma eficiente las inversiones estratégicas en sectores industriales críticos para reducir la dependencia de otras economías.
El marco de ayudas a la inversión debe ser suficientemente atractivo y ágil para desincentivar el traslado de operaciones industriales a otras áreas económicas y en el que se consideren alternativas como los contratos por diferencia o los créditos fiscales.
“No basta con más ayudas sin una dimensión comunitaria”, ha advertido en diversas ocasiones Carlos Reinoso en nombre de la Alianza, que alerta de que “mayores ayudas nacionales, dirigidas por los Estados, van en detrimento de países con menor capacidad fiscal y de financiación para poder desplegar esas ayudas. Así, la integridad del mercado único se ve amenazada por el desigual apoyo que los países de la UE están dando a sus industrias”, asegura el portavoz de la Alianza, para quien esto genera una acusada distorsión competitiva.
Y es que, a lo largo de todo el informe, se infiere la necesidad de dar un acelerón a la integración del mercado único europeo como factor clave para empujar la competitividad europea. Tanto en el informe, como para la Alianza, los beneficios de la unión se traducirían en cadenas de suministro más resilientes, la movilización de un mayor volumen de recursos financieros privados, y permitiría a pequeñas y grandes compañías beneficiarse de sinergias y economías de escala.
Descarbonización como ventaja competitiva
Por otra parte, el informe aboga por un plan conjunto de descarbonización y competitividad industrial, si bien advierte de los riesgos de no aprovechar la ventaja competitiva que puede suponer para Europa el proceso de descarbonización de la industria. “Puede representar una oportunidad única si sabemos aprovecharla, pero requiere de una coordinación adecuada de las políticas para culminarla con éxito, de lo contrario, tal y como advierte el informe, puede ejercer un efecto boomerang y volverse en contra. En este proceso también será necesario que esta descarbonización se afronte desde un enfoque tecnológicamente neutro”, señala Carlos Reinoso.
Energía más barata y menos burocracia
La Alianza coincide con Draghi en que, para relanzar la industria europea, el primer paso es reducir los precios de la energía, más cara en Europa que en otras áreas del mundo. El alto coste de la energía continúa siendo un freno para la competitividad de las empresas de muchos sectores industriales, ya que es un factor determinante para la industria en su conjunto, tanto a escala europea, como, en particular, en el caso de España.
“Si sumamos el mayor coste energético que soporta la industria europea respecto a sus principales competidores, al hecho de que la UE respeta escrupulosamente las reglas del libre comercio, a diferencia de ellos, el resultado es que Europa parte de una posición de desventaja en la carrera por la competitividad”, explica Carlos Reinoso.
Por último, otro aspecto fundamental para que la industria europea, y particularmente la española gane competitividad, es la necesidad de reducir y simplificar la excesiva burocracia de los procesos administrativos que sufren las empresas industriales, aspecto que supone una gran barrera para su desarrollo y que contribuye a la deslocalización.
Así lo reconoce el informe, que aboga por reformar y simplificar los mecanismos de funcionamiento de la UE a través de una mayor coordinación y una reducción de los obstáculos regulatorios para avanzar en eficiencia y agilidad en la toma de decisiones y reducir la burocracia. “Estos cuellos de botella en países como España están lastrando la inversión industrial”, advierte Carlos Reinoso.
“Con todo ello, Europa se encuentra en el momento del génesis de una nueva era para el futuro de su industria”, destaca Carlos Reinoso, para quien “los pasos que den los Estados miembros en este sentido son determinantes para asegurar que ese futuro sea más o menos prometedor”. Según Reinoso, los gobiernos de los países miembros deben tomar buena cuenta de las propuestas presentadas esta semana por Draghi, y trasladar a sus legislaciones nacionales una implementación precisa de la hoja de ruta trazada desde Bruselas, donde la financiación del proceso de transformación industrial debe ser uno de los ejes centrales.
“En el caso concreto de España, creemos que se están dando los primeros pasos en esta línea, como muestra el Anteproyecto de Ley de Industria presentado en julio”, valora el portavoz de la Alianza, para quien “las intenciones que muestra el Gobierno son positivas, no obstante, sin la debida concreción y los recursos financieros necesarios, corremos el riesgo de que se quede en eso, en intenciones”, advierte.