- El sector contribuye a generar en Extremadura un Valor Añadido Bruto (VAB) de 3.653 millones de euros y una aportación de más de 1.000 millones de euros a las arcas públicas del Estado
- Los incentivos fiscales, el apoyo al emprendimiento, la industrialización de estos territorios o la dotación de servicios, entre las propuestas de FIAB para impulsar la actividad de la industria en la España Vaciada
Un total de 54.037 puestos de trabajo en Extremadura se asocian a la actividad del sector de alimentación y bebidas. Así se desprende del Informe La contribución de la industria de alimentación y bebidas a la España Vaciada, que han presentado la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) y Cajamar Caja Rural hoy en Don Benito (Badajoz), en el marco de la Feria Expoagro. Además, este sector contribuye a generar en Extremadura un Valor Añadido Bruto (VAB) de 3.653 millones de euros y una aportación de más de 1.000 millones de euros a las arcas públicas del Estado.
Este Informe, que ha sido impulsado por FIAB, con la colaboración del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) y Cajamar, pone en valor la importancia de la actividad de la industria de alimentación y bebidas para dinamizar los territorios de la España Vaciada, a través de la creación de empleo, la fijación de la población y el mantenimiento de infraestructuras y servicios básicos, entre otras aportaciones.
Paloma Sánchez Pello, directora de Competitividad y Sostenibilidad de FIAB, y Roberto García Torrente, director de Desarrollo Sostenible de Cajamar, han presentado hoy el estudio, realizado por KREAB España y que toma como referencia la definición del Parlamento Europeo de zonas escasamente pobladas, que representan las localidades con 50 habitantes/km2. Así, la España Vaciada representa el 77% de la superficie y apenas concentra el 10,4% (4.910.638 personas) de la población total española.
Impacto de la industria de alimentación y bebidas en la Extremadura Vaciada
El sector de alimentación y bebidas se consolida como un agente decisivo en Extremadura, tal y como pone de manifiesto el Informe, puesto que contribuye a la lucha contra la despoblación. En total, el sector soporta 25.748 puestos de trabajo en las zonas de la Extremadura Vaciada. Asimismo, también se asocia a un VAB de más de 1.726 millones de euros y a una contribución de 493 millones de euros a las arcas públicas del Estado en estos territorios vaciados.
Paloma Sánchez Pello ha puesto en valor la actividad del sector y su presencia en los territorios de la España Vaciada: “El tejido productivo de la industria de alimentación y bebidas está formado por 30.000 empresas y cerca de medio millón de trabajadores, que operan a lo largo y ancho de todo el país y, por tanto, contribuyen a generar riqueza, fijar población, crear empleo y mantener infraestructuras, entre otras aportaciones, en los territorios en los que se asienta. De hecho, los alimentos y bebidas están presentes en los municipios que acogen al 70,7% de la población de la España Vaciada”.
Por su parte, Roberto García Torrente ha remarcado que “el sector agroalimentario es un pilar básico de la economía extremeña, ya que aporta el 16,9 % del PIB regional y da empleo a el 19,3 %. Desde Cajamar estamos totalmente convencidos del gran potencial que tiene este sector para seguir generando riqueza y empleo, especialmente en las zonas rurales. Para ello estamos contribuyendo a la modernización de las explotaciones agrarias y a la ampliación y creación de nuevas industrias que transformen y comercialicen los productos de la región”.
El impacto de la industria de alimentación y bebidas en la España Vaciada
Según los datos del Informe, la industria de alimentación y bebidas permite fijar una población de 834.737 personas. Es decir, el 17% de la población de la España Vaciada se asocia con la actividad de la industria.
Además, de los más de 2 millones de empleos directos e indirectos que genera el sector a nivel nacional, el 15% se localiza en la España Vaciada, un total de 305.424 puestos de trabajo. De esta manera, el sector confirma su trascendencia para el desarrollo laboral en estas zonas menos pobladas, puesto que el 17,2% del total del empleo en estos municipios se asocia a la industria de alimentación y bebidas, mientras que para el conjunto de España este porcentaje representa el 10%.
A través de su impacto directo e indirecto, la aportación al PIB de la industria de alimentación y bebidas en toda España es del 10,6%, un porcentaje que se eleva al 16,2% en las zonas de la España Vaciada, destacando el peso de la actividad del sector.
Asimismo, el tejido empresarial de los alimentos y bebidas está en gran medida ligado al medio rural. El 74% de las industrias de alimentos y bebidas están ubicadas en localidades de menos de 50.000 habitantes. Concretamente, de las más de 30.000 empresas que componen la industria, el 15,6% se asienta en la España Vaciada. Mientras que para el conjunto de la economía este porcentaje supone el 8,8%, lo cual revela la capacidad dinamizadora del sector en estos territorios.
En cuanto a la aportación a los ingresos públicos, de los más de 35.000 millones que la industria aporta a nivel nacional, un total de 5.876 M€ proceden de estas zonas despobladas la España Vaciada, lo cual arroja una media de 516.423€ por municipio de la España Vaciada en los que está presente.
El estudio también revela cómo la industria puede ser fuente de riqueza y de creación de oportunidades económicas para las localidades, siendo especialmente relevante la actividad turística ligada a la gastronomía. Más de 100 millones del gasto turístico, así como el 9% de las pernoctaciones en el medio rural se relaciona directamente con el sector de alimentación y bebidas.
Peticiones del sector para el impulso de la España Vaciada
Dada la trascendencia de las empresas de alimentación y bebidas en las zonas menos pobladas, FIAB lanza una serie de propuestas para el impulso y la estabilidad de su labor en la España Vaciada.
Así, el sector considera necesarios los incentivos fiscales para promover la actividad económica, así como el equilibrio que evite penalización con impuestos sobre actividades claves en la dinamización de estas zonas, tales como la hostelería o la restauración, entre otras. En este sentido, es necesario la protección de la cadena alimentaria como un sector de gran valor en general para nuestro país, pero aún más en estas zonas, y evitar la demonización de sus productos y de toda su actividad.
Asimismo, es esencial apoyar el emprendimiento, dar facilidades a la reindustrialización de zonas rurales y estimular el relevo generacional. Para ello, es necesario aligerar el acceso a las gestiones administrativas y ofrecer servicios de asesoría y formación que permita el progreso de los negocios.
Finalmente, hay que promover la incorporación del medio rural en una economía conectada, eficiente y sostenible. Para ello, estos municipios deben contar con nuevas infraestructuras, una red de comunicaciones y transporte mejorada y medidas que faciliten la integración sostenible. Igualmente, profundizar en nuevas oportunidades de negocio, como la promoción turística gastronómica, contribuyendo a proteger y valorizar actividades tradicionales como identidad cultural.