El año que ahora comienza se presenta lleno de desafíos y oportunidades para la industria española de alimentación y bebidas.
Una de nuestras grandes preocupaciones, que por desgracia arrastramos desde hace unos meses, es la inflación. En parte es consecuencia de la situación internacional creada por la invasión de Ucrania por parte de Rusia, que ha provocado el encarecimiento de muchas materias primas y de los costes energéticos a los que tienen que hacer frente las empresas.
Por otra parte, las últimas medidas adoptadas por el Gobierno como la entrada en vigor del Impuesto Especial a los Envases de Plástico no Reutilizables, el Real Decreto de Envases que, compartiendo los objetivos de Europa, van mucho más allá de las directivas europeas, así como otra legislación en materia de sostenibilidad, comprometen la competitividad de nuestras empresas frente a las europeas y nos generan costes adicionales poniendo mucha presión a los márgenes.
Además, la inflación, que afecta directamente a la renta de los ciudadanos, va a generar alteraciones en el consumo y las ventas y por tanto al conjunto de la economía y el empleo.
Alguna de las medidas adoptada por el Ejecutivo como la bajada del IVA a una serie de alimentos va en la buena dirección y tendrá un impacto positivo en la renta de los consumidores, pero es claramente insuficiente ya que deja fuera productos claves de la cesta básica de nuestra dieta mediterránea.
Otra de nuestras preocupaciones, además de la legislación ambiental, es la aplicación de la Ley de la Cadena Alimentaria en lo relativo al Coste Efectivo de Producción. Seguimos haciendo un llamamiento al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para que revise este aspecto de la norma.
Por otro lado, tenemos una serie de retos que nos brindan oportunidades. Uno de ellos es el PERTE alimentario y el impulso que puede suponer para la digitalización del sector. Esperamos que ese Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica se implemente de manera urgente para que las empresas del sector, especialmente las pymes, puedan comenzar el proceso transformador que les permita incrementar su competitividad
En el terreno de la innovación, desde Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas y la plataforma Food for Life-Spain continuaremos liderando la innovación del sector, apoyando el talento e impulsando el ecosistema de start-ups y colaborando y generando sinergias con todos los agentes que permitan aportar valor añadido al conjunto de nuestra industria.
Otro de nuestros principales retos, en el plano de la política comercial internacional, es hacer frente al incremento de políticas proteccionistas por parte de determinados países, por lo que creemos que es importante firmar acuerdos comerciales como el Acuerdo de Libre Comercio UE – Australia, la ratificación del acuerdo con Mercosur o la culminación de la modernización de los acuerdos con Chile o México.
También seguiremos impulsando las negociaciones con las autoridades estadounidenses para lograr la suspensión definitiva de los aranceles y la suspensión de los aranceles a la aceituna negra todavía vigentes.
Las exportaciones de nuestros productos, que tan bien nos representan en todo el mundo, son una oportunidad y continuaremos trabajando con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, ICEX y otros organismos de promoción para seguir fortaleciéndolas.
En definitiva, 2023 se presenta con incertidumbres, pero desde FIAB seguiremos trabajando para seguir transmitiendo al conjunto de la sociedad -desde la administración a los consumidores- la importancia del sector para el desarrollo económico y social de España, nuestro compromiso con la calidad y la seguridad alimentaria, con la sostenibilidad económica, social y medioambiental, así como nuestra contribución a la lucha contra la despoblación y el carácter vital y estratégico de nuestra industria.