El futuro será sostenible o no será. Las empresas que no apuesten por ello se quedarán fuera del mercado. La frase, aunque parezca exagerada, puede acabar siendo una metáfora muy real, ya que cuidar del entorno es una prioridad para las autoridades, una demanda de los consumidores y debe ser un objetivo para las empresas. Así de convencidos estamos en la industria de bebidas refrescantes que, en el 2013, nos marcamos unos compromisos a 2020, un paso más a las iniciativas medioambientales que venían desarrollando las empresas asociadas desde hacía años.
Este primer informe, “Las bebidas refrescantes y sus compromisos ambientales”, que incluía los objetivos para el conjunto del sector, se presentó públicamente con el entonces ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Miguel Arias Cañete. No se trata de una declaración de intenciones sino que hablamos de compromisos medibles, de los que hacemos seguimiento y evaluación. Para ello, contamos con el apoyo externo de SEO/BirdLife, PwC y la Universidad Autónoma de Madrid. El último de esos informes, en el que se incluyen la evolución de los principales indicadores ambientales junto con un buen número de buenas prácticas implementadas por las empresas para conseguirlos, lo presentamos en nuestra Asamblea General, con el secretario de Estado de Medio Ambiente, del Ministerio para la Transición Ecológica, Hugo Morán.
Dentro de estos avances, cabe destacar el uso cada vez más racional del agua y de la energía, que se han reducido en un 15 y un 17% respectivamente entre 2010 y 2017, con el objetivo de llegar a un 20% en 2020.
Envases más sostenibles
Otro de los aspectos en los que más se está avanzando es en la sostenibilidad de los envases, entre ellos los de plástico PET, y la gestión de sus residuos, para que no acaben abandonados donde no deben estar, en la naturaleza. Actualmente, los envases de bebidas refrescantes son 100% reciclables y/o reutilizables, y llevamos años reduciendo su peso, en concreto un 22% menos, entre el 2000 y el 2017.
En lo relacionado con el plástico PET, estamos desplegando todos nuestros esfuerzos, en colaboración con las administraciones y organizaciones medioambientales. Como sector, tenemos unas pautas a nivel europeo, a través de nuestra Federación, UNESDA, y muchas de las empresas de refrescos ya cuentan con ambiciosos compromisos que son públicos, entre los que destacan el que todos los envases sean reciclables y el incluir más material reciclado en botellas de plástico PET.
También me gustaría destacar que otros de los objetivos de las empresas de la Asociación de Bebidas Refrescantes son concienciar a los consumidores y colaborar con el resto de la cadena de suministro para avanzar juntos hacia una economía circular. Ésta es la razón por la que nuestros asociados incluyen criterios medioambientales en sus políticas de contratación con proveedores y desarrollan distintas iniciativas para apoyar a la hostelería, a los productores agrícolas o promover planes de movilidad sostenible.
Seguimos trabajando para lograr nuestros compromisos 2020 y con la vista puesta más allá, en la Agenda 2030. Y es que para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, éstos deben estar en la estrategia y en la visión de todas las compañías. Y en el sector de las bebidas refrescantes, así es.
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