- FIAB publica el estudio Diagnóstico de necesidades de las pymes de la industria de alimentación y bebidas 2020 para poner de manifiesto los retos de las pymes del sector
- La ejecución de operaciones corporativas o la entrada a fondos de inversión generan poco interés en este tipo de empresas por el fuerte componente familiar que tienen
- Piden transformar la Administración para reducir la burocracia y aumentar el fomento de actividad, así como no incrementar la presión fiscal
Coincidiendo con la celebración del Día de las Microempresas y las Pequeñas y Medianas Empresas el próximo 27 de junio, la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) publica el estudio Diagnóstico de necesidades de las pymes de la industria de alimentación y bebidas 2020. El informe, elaborado con el apoyo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, hace una radiografía de su situación y pone de relieve los retos que soportan este tipo de empresas.
Las pequeñas y medianas empresas representan el 96% del tejido productivo de la industria de alimentación y bebidas. Estas empresas están presentes en todas las comunidades autónomas del país −muchas de ellas ubicadas fuera de los núcleos urbanos− por lo que contribuyen de forma decisiva a vertebrar el territorio, frenando la despoblación rural, y a generar riqueza, atrayendo servicios conexos a su actividad.
Según el estudio, la crisis del COVID-19 ha modificado las principales preocupaciones a las que se enfrentan las pymes de la industria alimentaria, que sitúan la dificultad en el cobro, la necesidad de financiación y el control de costes a la cabeza de las inquietudes de los empresarios. Cuanto menor es el tamaño de las empresas, mayor es su preocupación sobre la dificultad en el cobro. Sin embargo, antes de la pandemia, las principales inquietudes eran la competencia, los costes de producción y la política comercial.
Además, del estudio se desprende que todas las pymes del sector se encuentran por debajo de su capacidad productiva interna. De hecho, existe una correlación entre aquellas empresas que tienen un menor tamaño y aquellas que hacen un menor aprovechamiento de los recursos.
“Las pequeñas y medianas empresas suponen el grueso de nuestro tejido productivo y todas ellas tienen margen de crecimiento para aumentar su capacidad productiva interna. Debemos seguir trabajando en políticas que impulsen su competitividad y fomenten su desarrollo, especialmente dirigidas hacia su digitalización, sostenibilidad e internacionalización”, señala Mauricio García de Quevedo, director general de FIAB.
Crecimiento y relevo generacional
El crecimiento es, por tanto, uno de los principales retos sobre los que trabajan las pymes. De hecho, según el estudio, dos de cada tres pequeñas y medianas empresas están pensando en crecer, sobre todo aquellas que tienen menor dimensión, y la mitad de ellas asegura tener ya un plan definido para hacerlo.
En este sentido, las principales palancas de crecimiento para las pymes de la industria de alimentación y bebidas son: diversificar el negocio, entrando en sectores nuevos para la empresa; replantear el modelo de negocio de la compañía; o cooperar con proveedores y clientes, generando alianzas estratégicas con ellos.
Otras alternativas como la ejecución de operaciones corporativas o la entrada a fondos de inversión generan poco interés en este tipo de compañías, por el fuerte componente familiar que tienen estas empresas en España. Además, un 86% de las empresas encuestadas son familiares, de las cuales una cuarta parte ya tienen el relevo preparado para asegurar la supervivencia de las empresas. El 45% de estas afirman estar preocupadas por el futuro y la supervivencia de la empresa.
Entre las peticiones que hacen los empresarios responsables de pequeñas y medianas empresas a las administraciones está la necesidad de tener un mayor conocimiento de la realidad empresarial, reducir el gasto público y transformar la Administración para reducir la burocracia y aumentar el fomento de actividad, así como no incrementar la presión fiscal y realizar políticas de fomento del consumo. Además, consideran esencial desarrollar acciones ante la sociedad civil y la Administración, encaminadas a dar mayor prestigio a la figura del empresariado pyme.